Presencia, Inmediatez, Naturalidad y Realismo a raudales: el disco de vinilo Mobile Fidelity de 180g hace justicia a “Blood on the Tracks” de Bob Dylan
Clasificado en el puesto #16 en la lista de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos de Rolling Stone: incluye “Tangled Up In Blue,” “Simple Twist of Fate,” “Idiot Wind,” “Buckets of Rain”
Bob Dylan se encontraba en varias encrucijadas a mediados de los años 70. Artísticamente, había sido ampliamente desestimado como si hubiera pasado su mejor momento. Emocionalmente, estaba sufriendo un doloroso divorcio de su entonces esposa Sara Lowndes. Creativamente, parecía estar en un punto muerto, habiendo concluido su década anterior de brillantez transformadora sin precedentes. Y luego llegó “Blood on the Tracks”.
Un ciclo de principio a fin que documenta la búsqueda, enredo y pérdida de una amante, el impactante esfuerzo íntimo de 1975 sigue siendo uno de los álbumes de ruptura más abarcadores jamás realizados y se clasifica como la declaración más personal de la carrera del Bardo. Escucharlo es experimentar la agonía, la frustración, el trauma, los altibajos, la confusión, la tristeza y, en última instancia, la redención necesaria asociada con relaciones íntimas que han salido mal. Dylan sostiene que es una obra de ficción, pero es evidente que su premisa autobiográfica de cerca es lo que ayuda a que sea universal: es el ícono que canta entre lágrimas, que se vuelve loco, que lucha contra el vacío aterrador, que dispara tiros a bocajarro y que acepta la culpabilidad. En resumen, es una expresión consumada de los lados más oscuros del amor y las consecuencias de lo que sucede cuando los sueños se desmoronan.
Mobile Fidelity se enorgullece de haber obtenido el emblemático LP a partir de las cintas máster originales y de haberlo prensado en un LP de vinilo de 180 g en RTI. El resultado final es una reedición de “Blood on the Tracks” de referencia. Presentando las canciones acústicas en solitario y las canciones con respaldo de la banda con una claridad notable, dinámicas, presencia, inmediatez, amplitud, imagen y equilibrio excepcionales, esta reedición arroja una luz de gran potencia sobre la fluidez de la entonación vocal, los cambios de timbre, los ritmos funcionales y el rasgueo introspectivo que dan vida a cada canción.
Para todo el dolor melancólico, las preguntas no resueltas, los recuerdos rotos, el tiempo desperdiciado, los diálogos no correspondidos y el arrepentimiento cansado, “Blood on the Tracks” sigue siendo tan atrevido como reflexivo. En lugar de seguir un tono cáustico monótono, las canciones de Dylan se adentran en el subconsciente por la forma en que son ecuánimes, apacibles y, en ocasiones, incluso pacíficas. La dignidad, el honor, la emotividad y la equidad, todos rasgos poco comunes en cualquier situación en la que las parejas disuelven historias, cambian sus corazones y atribuyen culpas, impregnan al disco con un equilibrio al nivel de la consistencia de las melodías fluidas.
A lo largo de todo el álbum, las canciones comienzan y continúan como si pudieran durar para siempre, con Dylan hilando versos poéticos y conversaciones en medio de finos lazos de notas acústicas, acordes y riffs. La arquitectura engañosamente simple evoca las refracciones entrelazadas de una joya engarzada, con ángulos, colores y texturas que se unen en un todo inseparable. Respaldado por el bajo flexible de Tony Brown, la guitarra de acero pedalera de estilo country de Buddy Cage y el órgano de Paul Griffin que revela el alma, un instrumento que aquí se utiliza para sombrear, tuckpoint y iluminar de manera tan efectiva como en cualquier otro momento de la historia del rock, Dylan vierte emoción sincera, abre sus venas y sangra.
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